lunes, 21 de noviembre de 2016

Cinco reglas que no pueden faltar en el aula

Sin duda las reglas nos ayudan a mantener un orden y evitar el caos en  nuestras aulas ¿Pero qué tal unas reglas que nos ayuden a generar confianza en nuestros estudiantes? Es decir, una normativa que sea fácil de cumplir por ellos y que lejos de atemorizar  por no seguirlas al píe de la letra, los motive a esforzarse cada día más y mejorar consigo mismos.

Fue a partir de esto que en mis asesorías decidí crear en un inicio cuatro reglas muy sencillas y una quinta regla fue propuesta por una de las pequeñas que asiste a clases conmigo. Estas me han dado tan buenos resultados que quiero compartirlas contigo, esperando que te sean de gran utilidad y que pronto veas los cambios positivos como me ha ocurrido también.


1.- Prohibido decir NO PUEDO.

Por lo regular cuando les doy esta primera regla una sonrisa se dibuja en sus rostros, a veces no sé si se identifican con esto o porque esperaban otro tipo de regla (ser puntual o guardar silencio por ejemplo). Lo que sí es que dejo muy en claro que prefiero que me digan NO SÉ a un no puedo, pues si me dicen no sé significa que lo pueden aprender, pero si me dicen no puedo significa que están incapacitados para aprender (como pedirle a alguien sin piernas que corra, a menos que tuviera algún aparato que se lo permitiera). Cada que dicen no puedo, es sembrar una semilla que crece cada día más y después resulta difícil arrancar de raíz de sus cabezas. Todos pueden aprender, algunos lo hacen más rápido y otros más lento, el ritmo de cada niño es distinto y como docentes debemos ser nosotros quienes nos adaptemos a ese ritmo, no los niños a nosotros (aunque el sistema educativo nos obligue de algún modo a hacer lo contrario).

2.- Equivocarse

Finalmente es de los errores de los cuales aprendemos más, por lo tanto sería terrible castigarlo. En mis asesorías está más que permitido equivocarse, si un ejercicio no lo responden correctamente, basta con señalar con un bicolor dónde erraron y anotar la respuesta correcta, para así después recordar dónde es que se equivocan más seguido y prestar atención en esa parte, aprenden de su error. Lo mismo cuando responden, lo importante es que digan lo que ellos piensan y después se den cuenta si estaba bien o mal y si estaban mal, saber el por qué de ello. Todo debe partir de una reflexión de lo que se hace el porqué se hace.

3.- Corregir

Si ya cometiste el error ahora viene la tercera regla: CORREGIR. Es importante aprender de los errores y saber solucionar los problemas sin temor. Al auto-corregirse ellos mismos se vuelven más cocientes de lo que hacen, además de que los motiva a mejorar, pues se percatan de que pueden hacerlo y que el ser mejores no es exclusivo de unos cuantos, sino que todos tenemos la oportunidad de serlo, sin excepción. Enseñarlos a corregir lo que han hecho mal, los enseña también a ser más responsables con sus actos y a darse cuenta de que estos tienen consecuencias (positivas o negativas). Esta regla crea en ellos una mayor confianza y darse cuenta de que si cometen un error no es tan malo, pues siempre habrá manera de solucionarlo. Además aprenden a ser persistentes, para así lograr alcanzar sus objetivos, aunque hayan tropezado más de una vez (o ¿a caso la invención de la televisión, la radio o la bombilla se dio de la noche a la mañana?).

4.- Divertirse

¿Por qué la clase debe ser aburrida? Aquí es importante estar siempre abiertos con nuestros estudiantes, escuchar lo que ellos necesitan para aprender, pues no todos aprenden de la misma forma y con las mismas estrategias didácticas. Preguntas como ¿Te es aburrido o divertido? ¿qué te gustaría que hiciéramos para que tú puedas aprender? ¿con qué te gustaría que comenzáramos el día? Este tipo de preguntas crean una relación de confianza con nuestros estudiantes, es necesario que sí tomemos en cuenta sus sugerencias pues así ellos creerán en nosotros y sentirán que son importantes sus opiniones.

5.- Tener confianza

Esta ultima regla fue sugerida por una de las pequeñas a las que doy clases, una regla bastante acertada, pues muchas veces por el temor a equivocarnos o nuestras propias inseguridades, nos negamos  hacer ciertas cosas que nos ofrecerían un aprendizaje único y significativo. Muchas veces los niños más inseguros me ha tocado ver que son los más acertados en sus respuestas, pero por el miedo al error (y sus represalias cuando se les castiga) les ha mal educado a preferir el silencio a ser escuchados.

Espero que estas reglas te sean de utilidad tanto como a mí me han ayudado, espero pronto ver tu comentario contándome tu experiencia con ello. Cualquier otro tipo de opinión es también bien recibida, pues de ello aprendo bastante. Recuerda poner tus comentarios en un perfil público, ya que de lo contrario no podrán ser visibles para mí.